Así son los retos fiscales que afronta hoy la empresa familiar

En un escenario de alta complejidad e incertidumbre, las compañías familiares españolas deben conocer y gestionar los desafíos de fiscalidad que subyacen tras aspectos como la planificación de la sucesión y los protocolos familiares.

La empresa familiar es un pilar fundamental para la economía española. Estas compañías crean el 67% del empleo privado, generan más de 6,5 millones de puestos de trabajo y son responsables del 57% del PIB del sector privado, según datos del Instituto de la Empresa Familiar. Desde una inmensa mayoría de pymes hasta algunas de las firmas más grandes del país -como Inditex, Mercadona y Acciona-, su importancia en el empleo y el tejido productivo español es incuestionable.

En este contexto, los aspectos fiscales tienen una influencia decisiva en numerosas dimensiones para la empresa familiar. Se trata de compañías que deben prestar especial atención a las implicaciones legales y fiscales en materia de planificación y sucesión patrimonial para garantizar una transición exitosa a la siguiente generación, al mismo tiempo que aseguran la profesionalización de la empresa en el plano del gobierno corporativo y diseñan un protocolo familiar que permita gestionar conflictos y dar estabilidad al negocio. Estas cuestiones se abordaron en el encuentro Observatorio sobre la empresa familiar, organizado por EXPANSIÓN junto a EY.

Seguridad jurídica

Pese a que en España existen algunos beneficios fiscales como la bonificación en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, estos suelen ir acompañados de una cierta inseguridad en torno a su aplicación y los criterios de la Administración tributaria y los tribunales. Una vez que la empresa se transmite a los herederos, "la bonificación de empresa familiar permite aliviar en gran medida la carga fiscal pero, si no hay una adecuada planificación y organización, puede terminar provocando incluso la liquidación de la compañía", apuntó Javier Seijo, socio responsable de Tributación de Empresas, Real Estate Tax y Private Tax de EY Abogados.

De este modo, existe el riesgo de que el proceso de sucesión en estas empresas obligue a vender activos para pagar impuestos, desembocando en el despiece o el traspaso de la compañía.

Acerca de este entorno fiscal para las empresas familiares en España, "se está avanzando en el buen camino en aspectos como la nueva Ley de Start up, pero aún hay mucho por hacer y se deberían favorecer mucho más las sucesiones", recalcó Daniel de Carvajal, cofundador y CEO de Luda Partners. El consejero delegado de esta red digital de farmacias añadió que "lo más grave es la incertidumbre: hay dudas acerca de cuál será el marco el día de mañana".

Los propietarios de estas empresas deben organizar su estructura y planificar su futuro dotando a las siguientes generaciones de mecanismos que garanticen la continuidad del negocio.

Para ello, "el Gobierno debe aportar mayor seguridad jurídica en relación con la normativa fiscal que regula exenciones y bonificaciones aplicables a la empresa familiar. Actualmente, nos encontramos constantemente situaciones en las que no está claro en qué casos pudieran aplicar dichas bonificaciones", confirmó Miguel López, director general de Grupo Carbfig (Family Office). En el seno de las organizaciones, López destacó la relevancia del factor educacional: "Es fundamental transmitir a las generaciones venideras los valores fundacionales de la empresa familiar y, por supuesto, reforzar la vinculación entre la empresa y la familia".

Las compañías familiares desempeñan un rol esencial en países como Alemania, donde representan el 90% del tejido empresarial. No obstante, "en España resulta muy complicado que una empresa perdure y tenga continuidad a lo largo de distintas generaciones. El principal motivo es que no existe esa cultura", señaló Ignacio Vega, presidente de Cardiva y Cardivais, empresas especializadas en dispositivos médicos. Esta diferencia cultural también se plasma en la falta de incentivos fiscales: "Mantenerse en el tiempo requiere invertir de forma constante para adaptarse, algo que no viene favorecido por la política fiscal española".

En este sentido, Pablo Sanz, socio responsable de la Zona Norte de EY España, agregó que "a este elemento cultural se suma la personalidad del fundador de la compañía: a nadie le gusta pensar cómo será el mundo sin él, pero es necesario planificar los posibles escenarios de futuro". Por otra parte, Sanz destacó el hecho de que "existen algunos prejuicios sociales muy serios en España: resulta fundamental poner en valor la figura del empresario".

Igualdad de condiciones

Aunque la fiscalidad no sea el único argumento de atracción, muchas compañías reciben acercamientos por parte de países como Irlanda que ofrecen condiciones más favorables. "La Unión Europea debería unificar criterios porque es increíble que, en materia fiscal, existan diferencias así de importantes entre territorios tan cercanos que sitúan a las empresas españolas en desventaja competitiva", subrayó Ignacio Vega.

En cuanto a la gestión interna, Miguel López hizo hincapié en que "contar con estructuras corporativas como un family office puede ser clave para la supervivencia de la empresa familiar", en la medida en que permiten dotarse de una gestión profesionalizada que vela por los intereses de la compañía. Además, el director general de Grupo Carbfig abogó por órganos como "el consejo de familia, que apenas se utiliza en España pero tiene mucho potencial" como un lugar de reunión donde el empresario, sus hijos y personas de confianza comparten ideas que abarcan desde la estrategia corporativa hasta la sucesión y organización futura.

Este tipo de figuras puede ser de gran ayuda para la resolución de disputas y conflictos familiares, como dijo Javier Seijo, que aconsejó la presencia de un consejero independiente como un modo de anticiparse a estas situaciones. Asimismo, el socio de EY apuntó que "uno de los principales consejos es montar un patrimonio separado porque hay que tener claro que la empresa y la familia no son lo mismo".

Pablo Sanz coincidió en que "un family office bien estructurado es la mejor manera de proteger a la familia. La gobernanza debe pasar sí o sí por la separación".

En última instancia, la prevención de conflictos está ligada a la creación de mecanismos que favorezcan la comunicación y la transparencia entre los miembros de la familia. Así lo indicó Daniel de Carvajal, que concluyó que "a menudo las disputas tienen su origen en problemas de comunicación, que trascienden el ámbito profesional".

 

Fuente: www.expansion.es

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