El País Vasco, con Bizkaia en cabeza, suaviza el impuesto a las grandes fortunas

Tarde y con mimo. El País Vasco empieza a tramitar el impuesto a las grandes fortunas, que será más suave para los más ricos: el tipo máximo del 3,5% se aplicará a los patrimonios superiores a 16 millones, frente a los 10,6 en el resto de España.

Las Diputaciones de Álava, Gipuzkoa y Bizkaia han sacado este jueves a información pública sus respectivos borradores de normas forales para regular el Impuesto de Solidaridad de las Grandes Fortunas.

Previsiblemente, este tributo -que en el resto de España se liquidó ya el pasado julio- se aplicará en el País Vasco sólo un ejercicio -en 2023-, siempre que lo aprueben las tres Juntas Generales (parlamentos provinciales) antes del próximo 31 de diciembre. No es imposible, según los expertos, pero va a requerir cierta agilidad en la tramitación.

Los tres territorios alinean la escala del nuevo impuesto con la de sus respectivos Impuesto sobre Patrimonio; y por tanto va a ser más blanda que en territorio común. En especial, será más suave en Bizkaia, cuya regulación de Patrimonio ya es más beneficiosa para los contribuyentes ricos que la de los otros territorios.

En la escala de Grandes Fortunas, las Diputaciones copian la de Patrimonio en los tramos de 3,2 a 12,8 millones de euros (hasta ahora el más alto); y añaden un tramo nuevo a partir de 16 millones, que se gravará al marginal máximo del 3,5%. En territorio común, este tipo grava los patrimonios de más de 10,695 millones.

Bizkaia aplicará un tipo del 1,5% los patrimonios netos superiores a 3,2 millones de euros (los otros territorios aplicarán el 1,7%). En el resto de España se grava al 1,7% los patrimonios de más de 3 millones.

El nuevo tributo estará vigente en el País Vasco mientras lo esté en el resto de España, según prevén los anteproyectos de normas forales.

En comparación con la normativa española, la regulación vasca trata con más mimo a los contribuyentes más ricos. Así, una persona con un patrimonio neto de 11 millones se aplicará un tipo del 3,5% en territorio común; un 2,1% en Álava y Gipuzkoa; y justo la mitad -un 1,75%- en Bizkaia.

Pero los contribuyentes más ricos en Euskadi van a ser los grandes perjudicados con el nuevo tributo. Los que cuenten con un patrimonio de más de 16 millones pasarán de estar sujetos a un tipo del 2,5% en Gipuzkoa y en Álava, y del 2% en Bizkaia a un nuevo marginal del 3,5%.

En sus anteproyectos de norma, las tres Diputaciones establecen un escudo fiscal con un límite conjunto del 60% de la base imponible general y del ahorro del IRPF, sin que la reducción exceda en ningún caso del 80% de la cuota. Este escudo es idéntico al que marca la regulación estatal.

Los responsables vascos pactaron con el Gobierno español, a finales de 2022, que el denominado impuesto a los ricos sería un tributo concertado de normativa autónoma, lo que deja a las Diputaciones forales la facultad de regularlo y recaudarlo. Ya entonces advirtieron de que no había margen para aprobar el gravamen en 2022 en Euskadi, y los analistas dieron por hecho que no se aprobaría con carácter retroactivo.

El pasado abril el BOE publicó la incorporación del impuesto al Concierto Económico; entonces las Juntas Generales estaban disueltas con vistas a las elecciones municipales y forales, por lo que es ahora, con con casi un año de retraso, cuando las Diputaciones activan su maquinaria.

Este tributo va a complementar el de Patrimonio, que en Euskadi pagan unos 17.000 contribuyentes. El tipo máximo de Patrimonio es en Bizkaia del 2%; y del 2,5% en Álava y Gipuzkoa.

 

Fuente:www.expansion.es

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