Los planes de pensiones perderán apoyo fiscal en favor de los de empresa

El Gobierno parece decidido a potenciar de una vez los planes de pensiones en las empresas, también conocidos como planes de empleo, a través de la negociación colectiva. Con este objetivo, José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social, está negociando con la titular de Hacienda, María Jesús Montero, un cambio radical en la fiscalidad de los planes de pensiones. Así lo anunció ayer Escrivá, en su primera comparecencia ante la Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo, en el Congreso de los Diputados

Escrivá y Montero trabajan “en desplazar de forma progresiva la fiscalidad favorable desde los planes individuales a los planes colectivos, de empresa o de empleo”. Con ello, el Gobierno persigue varios fines. El primero, extender la previsión complementaria entre los trabajadores, y hacerlo de forma que favorezca a “las rentas medias y bajas”. Es decir, a quienes no tienen propensión a ahorrar en un plan complementario de pensiones, porque, entre otras cosas, no tienen salario para ello.

El ministro afirmó a los diputados que la previsión social en las empresas “es una asignatura pendiente. Los planes de pensiones de empresas son un producto muy barato y no están suficientemente aprovechados”, dijo Escrivá. En este punto, el ministro recalcó a los parlamentarios que el borrador del Pacto de Toledo defiende “el impulso, de forma preferente, de sistemas [de ahorro] sustentados en el marco de la negociación colectiva”.

Precisamente, otro de los objetivos del nuevo Gobierno es restaurar el poder de los convenios como ordenadores de las relaciones laborales. En su opinión, el deterioro de la negociación colectiva y del poder de los agentes sociales –sobre todo, de los sindicatos– es una de las consecuencias de la reforma laboral aprobada en 2012 por el Gobierno del PP.

Según Inverco, al terminar 2019, el capital acumulado en los planes individuales era de 80.000 millones, con 7,5 millones de partícipes. Los planes de empleo cerraron el año con un capital de 35.700 millones de euros, para dos millones de trabajadores (ver gráfico adjunto).

No obstante, el ministro resaltó que la rentabilidad media de los planes de empresa en los últimos 10 años –desde 2009 a 2019– roza el 4%, anual, frente al beneficio de en torno al 2,75% de los planes individuales. Escrivá destacó, además, que la comisión media de los planes de empresa equivale a un 0,3% del patrimonio, frente a la del 1,2% de los planes individuales. El ministro prosiguió su crítica demoledora hacia estos últimos instrumentos de ahorro. “Son un producto extraordinariamente caro, piensen en los tipos de intereses actuales”, dijo Escrivá a los diputados que, además añadió: “No da la sensación que las mayores comisiones [que perciben los gestores de planes individuales] se dediquen a mejorar la gestión de los fondos”. Escrivá dijo que el beneficio fiscal de los planes individuales “es regresivo, porque no es una prioridad de las personas que recurren al mismo. Se da precisamente entre las capas de la población con más dinero, por lo que las personas con más necesidad de mejorar sus pensiones no se ven beneficiados por este complemento.

Por el contrario, el ministro elogió las Entidades de Previsión Social Voluntaria del País Vasco, con planes de pensiones en las empresas. “Es un caso de éxito”, que alcanza al 50% de la población ocupada, frente a un 10% de incidencia de los planes de empresa en España.

Las entidades vascas tienen un patrimonio próximo al 20% del PIB de la comunidad autónoma, frente al 3% de los planes de empresa en toda España. Por todo ello, el Gobierno ha encargado un informe a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) sobre el sistema de beneficios fiscales de los planes de pensiones.

Escrivá recalcó que, por todos los capítulos del Presupuesto, y no sólo en los planes de pensiones, a España se le identifica en la Unión Europea “por hacer exenciones fiscales de todo tipo”, y por tener junto a Italia, “el mayor agujero en beneficios fiscales”, en torno a 70.000 millones de euros.

Desde la reforma fiscal del Gobierno del PP, en 2014, el límite de desgravación anual por planes de pensiones está en una cifra de ahorro de 8.000 euros. Antes de la reforma, los límites eran de 10.000 euros hasta los 50 años, y de 12.500, para los mayores de esa edad. En el caso de rescate del ahorro, el beneficiario debe tributar por el 70% del mismo acumulado.

Fuente: Expansion

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